lunes, 22 de octubre de 2007

El comercio informal


El comercio informal es una las actividades
más notables de la economía informal en el Perú.
Se lleva a cabo fundamentalmente a través del
comercio callejero –los llamados vendedores ambulantes
o buhoneros– que existen en todas las
ciudades de América Latina. Mucha gente de origen
humilde, probablemente migrantes del campo
a la ciudad que, dada la situación en la que
se encuentran, tiene que dedicarse a comerciar
para así generar una actividad empresarial que
les permita ganar una subsistencia mínima.
Aunque no se cuenta con un censo actualizado,
se calcula que en el año 90 ó 91 había
aproximadamente 300 000 vendedores ambulantes
en Lima. A raíz de los programas de ajuste
económico llevados a cabo por el gobierno,
esta cantidad creció significativamente. De hecho,
más medio millón de empleados públicos
fueron despedidos por el gobierno peruano, y
muchos de ellos encontraron refugio en el sector
comercial informal.
La importancia social de los ambulantes
emana de su reivindicación de la empresa privada
para los sectores menos favorecidos de la
sociedad peruana. Por lo general, hemos leído
libros y hemos escuchado programas en la radio
y en la televisión que nos han tratado de

convencer que el capitalismo es una cosa ajena
en el Perú y América Latina; que quienes somos
empresarios en el Perú formamos una vanguardia
de la penetración extranjera o un rezago de
la aristocracia colombina, pero que no somos
auténticos peruanos, mexicanos, y, ni siquiera,
capitalistas porque no representamos al capitalismo.
¡Esto es mentira! Y para probar esta mentira,
no hay que escribir libros de texto ni citar a
Adam Smith. Para demostrar que es mentira basta
con salir a las calles de cualquier ciudad de
Latinoamérica y enseñarles a aquellos que se
resisten a aceptar la evidencia que los pobres
latinoamericanos ejercen el capitalismo en las
mismas calles aunque nadie se lo haya enseñado;
que no tienen que ser ricos para ser empresarios,
solamente les basta ser trabajadores; que
no tienen que ser listos para ganar dinero, solamente
les basta ser ordenados; que no tienen
que ser sabios para descubrir una oportunidad,
solamente les basta ser audaces. Con la decisión,
con la honestidad y con la audacia, las calles
del Perú se han convertido en la mejor escuela
de empresarios que existe.
Es más, la existencia de este sector comercial
informal nos ofrece el mejor argumento disponible
para convencer a aquella gente que tiene
la reclusión ideológica de negar que el trabajo
y la responsabilidad son virtudes inherentes
al ser humano.

No hay comentarios: