lunes, 22 de octubre de 2007

Comentarios adicionales sobre la económia informal en el perú

Como hemos visto, hay informalidad en
todo; en la vivienda, el comercio, la industria,
los servicios de transporte, etc. De hecho, si el
60% del trabajo de los peruanos se desarrolla en
el mercado informal, es porque una parte de su
trabajo se desarrolla formalmente y otra parte
se desarrolla informalmente. Por ejemplo, el caso
del empleado bancario que tiene un vehículo:
de ida al trabajo y de regreso del mismo, trabaja
como taxista para suplementar su ingreso
personal. Es el caso de la señora que después de
dejar a los niños en el colegio hace pasteles y
dulces para venderlos a restaurantes de la ciudad.
También es el caso de la señora que usa el
garaje de su casa y lo convierte en un pequeño
restaurante. Esto son los casos de los peruanos
que reivindican permanentemente su derecho a
trabajar con prescindencia del Estado, sin pagar
impuestos, y sin obedecer sus regulaciones.
En el Perú, al igual que en otros países de
América Latina, la cantidad de tiempo y de inforGestión
en el Tercer Milenio, Rev. de Investigación de la Fac. de Ciencias Administrativas, UNMSM (Vol. 7, N.º 14, Lima, noviembre 2005)
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mación, y los costos que se necesitan para cumplir
con la ley son muy altos, de hecho comparativamente
más alto de lo que se necesita en Estados
Unidos para cumplir con la ley. La diferencia
entre países desarrollados y subdesarrollados5
está en la organización institucional eficiente; es
decir, en el coste de la ley. Un país próspero tiene
un coste de la ley bajo en comparación con los
ingresos de la población; un país que no es próspero
tiene un coste de la ley alto en comparación
con los ingresos de la población.
En el Perú, donde tenemos evidencia factible,
la ley es tan costosa que distorsiona al mercado
y excluye de él a los sectores menos favorecidos
de la población; la gente de pocos ingresos
no puede cumplir con la ley, no puede
pagar los impuestos, no puede acceder a una
urbanización formalmente construida porque los
trámites de hacerlo son inalcanzables. Esta es la
realidad objetiva. No es una tara cultural, no es
un problema mental, no es una herencia étnica.
Es discriminación legal.
El origen de esa discriminación legal radica
en ese capitalismo antidemocrático que es el
mercantilismo. Lo que subsiste prioritariamente
en los países latinoamericanos es un capitalismo
en el cual la propiedad privada no es un derecho
sino un privilegio y la competencia no
existe; el Estado grande e inútil por una parte, y
la hipocresía, por otra. Esta generalización de la
hipocresía que permite mantener un sistema de
privilegio en América Latina puede considerarse
sin lugar a dudas la causa principal de nuestro
subdesarrollo y de nuestra crisis.

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